EL CAMINO DE SANTIAGO DEL EBRO
EL ORIGEN
El sepulcro del Apóstol Santiago en
Compostela era la meta de los peregrinos procedentes de pueblos españoles y
europeos. Desde la Edad Media innumerables masas de peregrinos dirigen su
espíritu a Compostela atraídos por la
devoción al Apóstol. Entre las rutas que
acogían a un mayor número de peregrinos, además del Camino Francés, se
encuentra El Camino Jacobeo del Ebro. Los peregrinos provenientes del
Mediterráneo y del este del Pirineo consolidaron este Camino del Ebro desde
Tortosa a Logroño pasando por Gandesa, Caspe, Zaragoza, Tudela, Alfaro y
Calahorra. Es la calzada romana que desde hace más de dos mil años ha unido
Tarraco con Astorga, un histórico eje de comunicaciones que descubre al
caminante tierras y gentes de Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja.
ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS
La tradición cristiana cuenta como en un
pilar de piedra de Zaragoza, se aparece la Virgen al apóstol Santiago. Al
apóstol, también se le atribuye la fundación del Obispado de Calahorra. En la Catedral de Calahorra en el año 834 se
proclamó el “Voto a Santiago” por el rey Don Ramiro y la Reina Doña Urraca
después de la Batalla de Clavijo, dónde los cristianos consiguieron la victoria
gracias a la mediación del apóstol Santiago. Este tributo obligaba a las
ciudades a entregar una aportación económica a la Iglesia de Santiago de
Compostela para su mantenimiento. Estuvo vigente hasta las Cortes de Cádiz,
1812.
El Obispado de Calahorra, cedió unos
terrenos a la Orden de los Templarios en el término Aradón en Alcanadre, con la
finalidad de proteger a los peregrinos en su paso por la diócesis. De la
presencia de los Templarios nos ha quedado una joya románica del s.XII: la
Virgen sedente de Aradón que se venera en la Iglesia de Sta. María de esta
localidad. También, encontramos la
Ermita que evoca el enclave templario ya desaparecido.
RECORRIENDO CALAHORRA
Calahorra es la localidad donde se
encuentran más referencias jacobeas. Su patrimonio descubre un rica simbología
jacobea. El Crucifijo o Humilladero del s.XVI es lugar de oración y
recogimiento para el romero. Muy cerca está el Santuario del Carmen. La
pila bautismal de la catedral de Santa María, primaria de la Diócesis,
muestra los símbolos jacobeos más repetidos, veneras y calabazas. Su puerta
plateresca de San Jerónimo también se une a la tradición de Santiago. Destaca
un ángel sobre una gran concha que toca la zanfoña, instrumento musical
jacobeo. Desde el Palacio Episcopal, por la calle Arrabal, se llega al
monasterio de San José. Allí las carmelitas guardan con celo una magnífica
talla, La Flagelación de Gregorio Fernández. El peregrino también querrá
conocer, sin duda, el templo de advocación jacobea. En la iglesia de Santiago
destaca el magnífico retablo del altar mayor, con la imagen del Apóstol.
También en el casco histórico están las iglesias de San Andrés y de San
Francisco, dónde, a pocos metros se encuentra el albergue municipal de
peregrinos.
Los peregrinos vienen
de Rincón de Soto. Las flechas
nos llevan al Crucifijo o Humilladero. De ahí a la Catedral pasando por El
Carmen y La Fuente
de “Los Trece Caños”, para si hace falta refrescarnos. Suben la cuesta de la Catedral y si desean
descansar y dormir aquí, irán al albergue municipal. De aquí, suben la calle
Mayor a la iglesia de Santiago y bajan hasta el Ayuntamiento. Por el Mercadal van por la calle Gallarza, siguen por la calle Jose María Garrido hasta llegar a la Avenida de Santander. Una vez lleguen a esta calle, continúan a mano izquierda hasta llegar a la Carretera de Logroño. Llegados a este punto, seguirán por esta carretera hasta el Hospital de Calahorra. Una vez lleguen al centro hospitalario, seguirán hasta el parking del mismo, en el cual tomarán un camino rural que desemboca en la carretera de Murillo. De esta forma, por la antigua calzada romana, dejarán Calahorra camino de
Alcanadre.